El presente de la informática sería otro si Steve Wozniak no hubiese dejado su trabajo en Hewlett Packard en 1976 para fundar Apple al lado de Steve Jobs. La empresa rechazó cinco veces su prototipo de la Apple II, la primera computadora personal y a color del mundo. Así que Wozniak se fue con su invento a probar suerte de la mano de Jobs. “Lo único que quería era tener un laboratorio, ser ingeniero e inventar cosas. No quería manejar una compañía, era demasiado político para mí”.

 

Más de 40 años después Wozniak se ha convertido en el gurú viviente de la tecnología. Todos quieren una gota de conocimiento que emane de él o al menos el secreto para emprender y ser exitoso. “A mí no me importa el dinero”, revela con franqueza, “Steve Jobs era la persona de negocios. Él quería el éxito y encontró el dinero para hacerlo”. El informático se ha apegado a la famosa historia de los comienzos de Apple en un garaje en California y ha tratado todo el tiempo de distinguirse de su antiguo socio.

 

 

Steve Wozniak. BCC Conferenciantes.

 

Wozniak asegura que más allá de la educación y el éxito, los emprendedores tecnológicos deben buscar la felicidad y, sobre todo, la verdad. “La verdad es lo más importante en la vida y decir las cosas de la manera en la que son”, explica. na forma para hallar esa felicidad, reconoce, fue ayudar a otros. Wozniak recuerda, por ejemplo, cuando ayudó al mexicano Arturo Bejar, director de ingenieros en Facebook, a costear su educación en Reino Unido. “Lo ayudé con la condición de que cuando pudiese hiciera lo mismo por otros jóvenes”.

Steve Wozniak no formó parte de la segunda ola de Apple que hizo al iPhone accesible al mundo, pero sus seguidores se preguntan qué haría si en sus manos estuviera el futuro del móvil. “Lo que añadiría es una estructura más abierta donde algunos productos de Apple sean más abiertos al mundo. Abriría aplicaciones como Facetime o iMessage para hacerlas más accesibles a programadores como una fuente donde puedan añadir o quitar funciones”, propone.

Este ingeniero informático no deja de sorprenderse por el presente que está en el día a día de cualquiera que se siente frente a un ordenador o utilice un móvil. “Cuando comenzamos teníamos un par de ideas sobre lo que la gente quería como una computadora personal. Pero nunca pensamos que todo eso nos llevaría hasta aquí”.