Irene Villa

Irene Villa inaugura este viernes en Espacio León el ciclo de conferencias ‘Women Power. Mujeres que tienen mucho que decir’.

 

Compartimos un fragmento del artículo publicado por ‘Diario de León‘ en el que nuestra speaker es entrevistada:

 

“«Hablaré de empoderamiento femenino, hay que saber que se puede, que tienes que encontrar tu potencial y creer en ti. Que tienes un tesoro, una luz en tu interior y que la tienes que sacar. Todos tenemos ese tesoro escondido».

 

Villa inaugura este viernes —las invitaciones ya están agotadas— la primera de las cuatro conferencias del ciclo ‘Woman Power. Mujeres que tienen mucho que contar’ organizado en Espacio León.

 

«Ahora estamos en otra era», asegura en una entrevista al Diario de León cuando se le pregunta por los avances de las mujeres. «Las mujeres históricamente hemos estado más relegadas a las labores que nos impedían en cierta forma sacar todo ese potencial, pero que ahora es la era el empoderamiento femenino».

 

—Realmente piensa que ahora mismo las mujeres pueden desarrollar todo su potencial, o queda mucho por hacer para que haya las mismas oportunidades.

 

—Estamos en el camino de la igualdad. Cada vez hay más mujeres en puestos directivos, en puestos relevantes. Nuestro potencial es imperioso en la sociedad actual. Los hombres también se han dado cuenta de que nuestro papel es necesario y vital para muchas cosas. Las empresas donde hay mujeres en los puestos directivos mejoran significativamente. Tenemos unas cualidades complementarias a los hombres, y necesarias. A mí me gusta señalar la armonía, la paz, el consenso y la cordialidad como características vitales de las mujeres. El hombre todavía tiene esa parte más agresiva y visceral. La mujer es más racional y dialogante. El hombre se ha dado cuenta de eso ahora se comparte más, o quiero creer que en todas las familias se comparte. El padre se involucra igual que la madre.

 

—No parece que vayan por ahí los tiros. Parece que en el mundo laboral y en la política se valora más el rol masculino de la agresividad y la competencia.

 

—Cuando una mujer se impone parece como que no toca, parece que es muy masculina. Ahora está todo supermezclado. Las mujeres tienen un lado masculino y los hombres un lado femenino. Gracias a eso se va a poder llegar a una igualdad real. Nos complementamos y nos ayudamos. Tendría que haber igualdad de salarios y que no exista el techo de cristal. Todo eso por lo que hemos estado luchando parece que poco a poco va siendo una realidad.

 

—¿Es usted feminista?

 

—Este término confunde. Yo me siento humanista. Pero ser feminista es necesario para esa igualdad. Cuando haya igualdad ya no hará falta decir feminista o machista. Pero no es lo mismo. Yo me considero amante del ser humano, pero es verdad que tanto hombres como mujeres tienen que ser feministas para lograr la igualdad. Una igualdad que nos va a beneficiar a todos. A la sociedad en general. Si hubiera igualdad entre hombres y mujeres se solucionarían muchos problemas, por ejemplo en los países en los que las mujeres están menospreciadas. Es retrógrado y absurdo pensar que el hombre es superior. El patriarcado es algo retrógrado. Por suerte caminamos hacia la igualdad. Si ser feminista es querer la igualdad, soy feminista. Pero pienso que todos, tanto hombres como mujeres, tenemos cualidades diferenciadas que ofrecer. Lo importante es que cada uno crea en sí mismo y en el ser humano para progresar.

 

—Usted ha dado siempre una imagen de persona positiva que ha sabido superar las dificultades tras el atentado que perdona a sus enemigos. ¿Cuándo se dio cuenta de que ese debería ser su camino y cómo lo consiguió?

 

—No es fácil pero es vital para llevar una vida plena y feliz. Para estar a gusto contigo mismo y para no tener cadenas. Creo que es el paso fundamental para liberarte. Quien no perdona vive anclado a un pasado que probablemente no va a cambiar nadie. De qué sirve estar anclado a algo que es inamovible, inmutable. Sólo sufrir. El perdón rompe con el sufrimiento y con el pasado, y te da una oportunidad para tener la vida que deseas. El perdón te lo das a ti mismo, lo haces para estar tú bien. La gente me pregunta que cómo puedo olvidar a esos hijos de tal. Y les digo que no lo hago por ellos. Yo no perdono para que liberen al terrorista por lo que me ha hecho, perdono para liberarme yo de lo que me ha hecho a mí el terrorista. Igual que perdono a un amigo que no actúa como tú pensabas o querías que lo hiciera, si me ha traicionado, aunque no me gusta nada esa expresión. Al final se traiciona uno a sí mismo. A mí no me traiciona nadie. Cada uno es responsable de lo que hace. Yo no soy responsable de que una persona me traicione. No somos víctimas, ni culpables, pero somos responsables de lo que hacemos con lo que tenemos. Si te sientes una víctima quizás vas a meter la pata por cómo actúes a partir de ese sentimiento, pero si te sientes responsable de tu presente y tu futuro vas a actuar en consecuencia positivamente para ti. Perdonar es actuar positivamente para uno mismo.

 

—¿Cúando se dio cuenta de que lo consiguió. Alguna vez sintió deseo de venganza? (…)”