Esta nueva conferencia: EL LÍDER DIGITAL vio la luz el pasado mes de junio en el foro del Clúster Gaia del País Vasco. Puedes disfrutar de un adelanto aquí (El Líder Digital):
https://inigosaenzdeurturi.com/conferencia-el-lider-digital/?preview=true
¿Cómo Liderar en la era digital?
Estamos viviendo una transformación sin parangón en la historia. Todo se torna digital e interconectado; No obstante, nuestros clientes son Seres Humanos, nuestro equipo lo componen Seres Humanos y como tales, necesitan de un liderazgo que comprenda ambas facetas.
El fin último de la transformación digital, es el cliente. En el cliente, empieza y acaba todo. De no ser así, estaremos, no ante una transformación digital, sino ante un despotismo digital.
Junio 2018. Camino del aeropuerto de Loiu. Bizkaia (El Líder Digital).
Pido un taxi para que me lleve hasta el aeropuerto y al recogerme, veo que se trata de un flamante Mercedes edición 2018. Recién salido del horno. Al montarme, lo primero que llama mi atención es la inmensa pantalla central. Yo calculo que tendría no menos de 18 pulgadas. La palanca de cambios (automática) ya no existe, ha sido sustituida directamente por botones en el volante. Por supuesto el interior es maravilloso, todo cuero, espacio y comodidad para el pasajero, y ese absolutamente arrebatador olor a coche nuevo…
Le pregunto al taxista si está contento con el coche y me dice:
-Bueno…
– ¿Bueno? – pregunto yo.
-Es un coche maravilloso y una auténtica maravilla para trabajar…
– ¿Entonces … por qué solo “bueno”? – Inquirí yo.
– Pues porque ayer, me llamaron del concesionario para confirmar la hora de la revisión de la semana que viene.
– ¿Y? – seguí investigando.
-Pues que yo no he llamado al concesionario.
– ¿Entonces quién llamó?
-EL coche. Él solito pidió hora para su revisión.
– Pero eso es ¡fantástico!, ese trabajo que le ha ahorrado, ¿no?
-En principio sí, pero el problema es que la semana que viene yo tenía programadas unas vacaciones con mi familia y en el concesionario me han dicho que, si no llevo el coche el martes, día más, día menos, el choche se para.
¿Es esto transformación digital? ¡En absoluto! Esto es despotismo digital. “Para el cliente, pero sin el cliente”.
Tengo la gran suerte de que mi trabajo me lleva de congreso en congreso, de foro en foro, de empresa en empresa, dando conferencias en unos, formando a los líderes de las otras, y tengo la bendición de ver todo lo que está ocurriendo con la perspectiva de quien no está metido en el bosque, sino viendo el mapa en su conjunto, y hay algo que realmente me preocupa.
Nos estamos olvidando el “para quién” trabajamos, de nuestro objetivo último, que es la satisfacción total y absoluta del cliente.
Y esto no es un concepto filosófico.
Hoy, y paradójicamente debido a la evolución digital, el cliente final, aquel que nos compra directamente o compra a nuestros distribuidores (que a fin de cuentas es lo mismo) cada vez tiene más y más poder de decisión, más y más libertad de comparar, cotejar, estudiar, antes de comprar.
Por ello la transformación digital no consiste en hacer la mejor web, con la mejor tienda on-line. No consiste en dotar a nuestro coche de tecnología punta, que limita nuestra libertad en lugar de expandirla. No consiste en tener 5 millones de amigos en Facebook, a los cuales ni conoces y jamás acudirían a ayudarte en caso de necesidad.
No. La trasformación digital es el empleo de la tecnología para lograr la satisfacción máxima del cliente, ya que solo de esta forma, conseguiremos su fidelidad y confianza.
¿Y cómo lo hacemos?
Queremos saber cómo piensa y cómo decide nuestro cliente, recurrimos al Big Data, a los mapas de calor …, pero se nos olvida una parte fundamental … Nuestro cliente es un Ser Humano.
Y el Ser Humano NO es un ser racional. Es un Ser Emocional.
Cuanto más experimentamos, cuanto más sabemos del comportamiento humano, cuanto más descubrimos acerca del por qué y el cómo hacemos las cosas, más se evidencia que el 97% de las decisiones de compra, son emocionales.
La emoción decide, la razón justifica.
¿Qué emoción siente nuestro cliente justo antes de comprar o rechazar la compra?
¿Qué le mueve?
¿Qué le impulsa?, ¿Qué le paraliza?
No deja de ser paradójico, que en el momento en el que mayores avances hay sobre el cómo y el por qué se toman las decisiones a nivel neural, me siga encontrando con empresas, empresarios y directivos, que siguen, sin saber tan siquiera, cómo aplicar la Inteligencia Emocional, a sus departamentos de Marketing o comercial, y ya no digamos, si nos metemos en neurociencia.
Debemos aprovecharnos de todo el conocimiento que estamos obteniendo en los laboratorios, sacarlos “a la calle”, aplicarlos y beneficiarnos de ello, porque de lo contrario seremos “torpes cognitivos”, o dicho más formalmente, estaremos ejerciendo disonancia cognitiva y eso es algo que, en el 2018, no nos podemos permitir.
Y de la misma forma, ¿qué ocurre con el liderazgo empresarial? Nuestro equipo ¡son personas! Sienten, viven las emociones y ya no toman, debido a transformación digital, las decisiones y acciones, que tomaban en el año 2000.
La Transformación Digital significa eso: Transformación.
Transformación en todos los aspectos de nuestra sociedad.
No solo implica un cambio en las formas de trabajar, de hacer y comunicar, entre las personas y las cosas, sino también un cambio en las propias relaciones humanas y por tanto laborales.
El liderazgo en la época digital sigue siendo el liderazgo de las personas, de sus emociones, de sus impulsos, de sus necesidades, de sus pensamientos.
Aunque la interacción sea digital, el ser humano sigue siendo eso, humano, y necesita de un liderazgo que comprenda ambas facetas.
Te invito, a ti y a tu organización, a que disfrutéis de esta conferencia que estoy seguro, expandirá tu perspectiva de la coyuntura que estamos viviendo y de los cambios radicales que en materia de liderazgo, se nos permita seguir en el mercado.
Puedes disfrutar un adelanto de conferencia aquí (El Líder Digital):
https://inigosaenzdeurturi.com/conferencia-el-lider-digital/?preview=true
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Los cambios que la transformación digital nos trae, no solo tienen que ver con que tengamos mas o menos interacción con el móvil, con que la movilidad sea máxima, con que las maquinas se interconecten y reduzcan los fallos de producción aumentando le eficacia, tienen que ver con el cambio socio-cultural que se está produciendo.
Veo que muchas veces se nos escapa la dimensión de lo que está ocurriendo. La capitalización actual en criptomonedas (9-9-2018), por ejemplo, es de 195.000.000.000 USD, el uso de los smartphones ha calado tanto que ya contamos con casos de Nomofobia (o adicción al uso del dispositivo móvil) y la creación de clínicas especializadas para su desintoxicación. Se que suena a ciencia ficción, pero es una realidad, triste realidad. Es habitual ver un grupo de amigos, todos móvil en mano, no cruzar palabra entre ellos y estar “hablando” con otros que no están presentes. Pensar que todos estos cambios no afectan a nuestro equipo en su forma de trabajar, de comunicarse, de entenderse y por tanto a nuestro liderazgo, es estar ausente de esta realidad.
Los componentes más jóvenes de nuestros equipos de trabajo, no tienen ni comparten los valores que tienen las personas de treinta y cinco en adelante. Cuando descubren algo, lejos de ocultarlo, lo comparten rápidamente. Desean mas un reto que un sueldo. No les importa ganar menos si están a gusto. Quieren libertar de ejecución y creación. Trabajar en un entorno en el que la figura del “jefe” sea algo del pasado. Quieren, necesitan, reclaman un liderazgo auténtico y genuino.
Y luego está la otra realidad…
Anuncios de TV de cifras astronómicas diciendo “Queremos emocionarte” en un intento estúpido y fallido de emplear la Inteligencia Emocional. Siguen vendiendo centrados en el producto y siguen sin entender que el producto no vende. Es la emoción que suscita el producto lo que vende. Pero desde luego no podemos pretender que nuestro producto emocione diciendo: “Queremos emocionarte”.
Otra pequeña reseña de la realidad…
MADRID. FEBRERO 2018 (El Líder Digital).
El CEO de una empresa, se pone en contacto con mi oficina para contratar la formación de alto rendimiento: “La Magia del Líder”. Es su deseo inculcar la filosofía del Liderazgo Consciente en la cúpula de una empresa pues sabe que los viejos paradigmas han dejado de funcionar.
Llego a la empresa el día acordado para comenzar la formación y recibiéndome muy cordialmente, me dice:
-Llegas en el momento justo. Ahora tenemos un acto muy especial y quiero que asistas.
– ¿sí?, ¿Y de qué se trata?
-De la toma de posesión del cargo del nuevo líder del departamento comercial.
Y sin añadir nada más fuimos caminando por el largo pasillo de las oficinas de la empresa hasta el salón de actos, donde estaba teniendo lugar el mencionado evento.
En mi mente había algo que no encajaba… “toma de posesión” y “líder del departamento” … de momento lo dejé correr pensado que se trataba de semántica…
Al llegar al salón de actos, veo allí a todos los comerciales del departamento y a la responsable de RRHH, quien está haciendo la presentación del nuevo fichaje, traído desde una reconocida firma multinacional. El CV es impresionante y al acabar su presentación la directora de RRHH dice: “¡Con todos ustedes el nuevo líder del departamento comercial!”
Tras los aplausos del momento, el recién llegado a la empresa se dirige a su equipo y en ese momento el CEO me dice:
-¡Venga vamos avanzando! Él y la directora de RRHH, se sumarán en breve. Vamos comenzando con el resto del equipo directivo.
Me invita a seguirle por el pasillo y me pregunta:
-Bueno… ¿Qué te ha parecido el nuevo fichaje?
– Pues no puedo opinar. No he podido hablar con él. EL CV es impresionante, seguro que es un gran profesional.
-Si que lo es. Pero dime… ¿Qué opinas con respecto a su nuevo cometido como líder de departamento comercial?
– Pues que le habéis convertido en un auténtico desgraciado. – Respondí.
El CEO se para en seco, se gira y me mira sin dar crédito a lo que acaba de decir y me interpela.:
– ¿Por qué dices eso?
-Pues porque lo habéis presentado como el nuevo líder del departamento comercial.
– ¡Es que, es el nuevo líder del departamento comercial! – afirmó él.
-No. – respondí con suavidad – Al líder lo elige el grupo. Lo que habéis hecho es traer a un desconocido (con unas fabulosas aptitudes) y lo habéis impuesto al grupo comercial como su líder. Lo que habéis hecho ha sido darle a este hombre un trabajo, un cometido, de un año, un año y medio para ganarse la confianza de todo el equipo comercial y que, en ese futuro, sea reconocido como el líder que les ha sido impuesto.
– Oye, me estas haciendo pensar… – me dijo el CEO, con absoluta franqueza.
-Me alegro. Para eso me pagas.
Y esta es la realidad “social corporativa” que tenemos. Y choca frontalmente con los nuevos valores de los profesionales inmersos en la transformación digital.
¿Cómo motivamos a estos nuevos profesionales para que se queden con nosotros y (puesto que el sueldo no les preocupa) no nos abandonen por “un proyecto más atractivo”?
Aprendiendo de una vez por todos lo que es el liderazgo y entendiendo que “jefe” y “líder” son vocablos contrapuestos. Que el secreto está en potenciar a nuestro equipo hasta el punto que sean mejores que nosotros y en ese instante, superar el EGO que se manifiesta en miedo – “y entonces que va a ser de mí, si estos son mejores que yo”- y comprender que cuanto más prospere nuestro equipo a nivel profesional, pero también a nivel personal, tendremos un equipo más y mejor cualificado, capaz de comprometerse a muerte con nuestro proyecto por que lo consideran suyo y les aporta algo muy superior a una nómina.
Esto se denomina “pago emocional” y es increíble la respuesta que tiene en las personas que lo reciben. Para ver un ejemplo tan solo tenemos que mirar a una ONG. ¡Ojo! No a la dirección de una ONG, sino a los voluntarios. Son personas capaces de abandonar su país, de alejarse de su familia para hacer algo que llena su alma, ¡gratis!, por sentirse útiles, por sentirse parte de un proyecto que les abraza y cumple con sus valores personales.
Podemos subir el sueldo de una persona, podemos duplicárselo, triplicárselo, pero llega un punto donde por mucho que aumentemos la cifra la motivación de esa persona no se incrementa, sino que decrementa. Saber qué busca, que quiere, que le motiva, que le asusta, cuales son sus deseos, el porqué hace lo que hace, son las claves para (incluso sin triplicar el sueldo de nadie) retener con nosotros al talento de las personas que necesitamos para seguir avanzando y siendo competitivos.
Una de las cosas que enseño a los directivos en mi formación avanzada “La Magia del Líder” es a saber encontrar la respuesta a la pregunta: “¿Por qué hace la gente lo que hace?” cuando entendemos las necesidades reales de las personas de nuestro equipo (y no hablo de las necesidades de Maslow, sino de los estudios más recientes en comportamiento humano) y las satisfacemos, tenemos a alguien que lo da todo por la empresa, por el proyecto.
Todos estos puntos se exponen y amplían con soluciones pragmáticas en mi nueva conferencia “El Líder Digital”. Será un placer que tú y tu equipo son podáis beneficiar de este conocimiento. Puedes disfrutar un adelanto de conferencia aquí (El Líder Digital):
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Como vemos y podemos observar en todo lo que nos rodea hoy día (septiembre 2018), todo, absolutamente todo, apunta al aprendizaje, por nuestra parte, de la gestión emocional de nuestro equipo y de nuestros clientes, si somos o pretendemos ser, los líderes de nuestra empresa, de nuestro departamento, de nuestra familia, de nuestra vida.
El cerebro emocional esta totalmente formado en el momento del nacimiento. Ese es su inmenso poder. El resto del cerebro que se va formando en el niño tiene un solo cometido (simplificando las cosas) y es la gestión inteligente del cerebro emocional.
Ser líder no es tarea sencilla, pero si apasionante. Motivar a las personas significa conocerlas, bucear en sus creencias, aspiraciones e ilusiones. La motivación, es sin duda la labor mas importante del líder. Conseguir que las personas hagan lo que tienen que hacer porque quieren “hacerlo”, no porque “tienen” que hacerlo.
Para ilustrar esto valga el siguiente ejemplo muy cotidiano:
-Cuando se ejerce de jefe-
Padre le dice al hijo: “¡Te he dicho que recojas la habitación! ¡O lo haces o te castigo!”
EL hijo cumple con su deber por MIEDO.
-Cuando se ejerce liderazgo-
Padre le dice al hijo: “Hijo, es momento de recoger tu habitación”
El hijo cumple con su deber por RESPETO.
Y esta es mi pregunta de despedida: ¿Tu equipo hace su trabajo por miedo o por respeto? En un caso los días de la empresa están contados. En el otro el futuro es realmente prometedor.
Consultoría Avanzada en Liderazgo y Cohesión de Equipos