Compartimos un fragmento de un artículo publicado por nuestro speaker Jacinto Llorca:
«Las empresas y organizaciones, como entidades vivas puesto que de personas vivas están formadas, pasan por determinados estados de ánimo, situaciones de energía y fases de mayor o menor entusiasmo, felicidad, tristeza y sufrimiento.
Me preocupa especialmente aquello que hace sufrir a la empresa, y por empresa ten en cuenta que puede ser muy grande o muy pequeña, puede ser un punto de venta de cualquier temática, no creas que esto es algo que solo se da en grandes corporaciones. Pienso contigo en voz alta, algunos de esos sufrimientos que puedo observar en muchos sitios:
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La empresa sufre cuando no hay un sentido de las cosas, en el día a día.
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La empresa sufre cuando los jefes son verdaderos vendedores de miedo.
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La empresa sufre cuando al gran jefe es mejor evitarlo no vaya a ser que tenga uno de esos días en los que es mejor no cruzarse con él.
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La empresa sufre cuando los criterios son inestables y cambiantes.
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La empresa sufre cuando el conformismo es la tónica habitual.
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La empresa sufre cuando no hay explicaciones a los problemas que preocupan a las personas.
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La empresa sufre cuando nadie quiere asumir responsabilidades, empezando por los jefes y acabando con las responsabilidades de cada trabajador.
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La empresa sufre cuando no se permite la autonomía y la iniciativa.
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La empresa sufre cuando la visión está eminentemente basada en el corto plazo.
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La empresa sufre cuando se alimenta la envidia y el enfrentamiento entre unos y otros.
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La empresa sufre cuando, realmente, nadie conoce a nadie.
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La empresa sufre cuando nadie coge el teléfono antes de que suene 3 veces.
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La empresa sufre cuando la sonrisa y el buen humor no es la expresión habitual.
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La empresa sufre cuando los resultados empresariales son un secreto.
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La empresa sufre cuando las personas no tienes un objetivo bien definido.
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La empresa sufre cuando la estrategia es conocida solo por unos pocos.
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La empresa sufre cuando se premia más a quien más trabaja sobre al que mejor trabaja.
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La empresa sufre cuando no hay horarios claros y las personas no tienen un mínimo tiempo de calidad fuera de la empresa.