Chris Moon conoce el problema de las minas desde todos los ángulos, ya que primero fue oficial de ejército y luego desminador en Camboya y Mozambique. Hace pocos años, en una zona supuestamente segura de este último país, fue herido por una mina que, tal vez por estar enterrada a mucha profundidad, no fue captada por el detector de metales y explotó a su paso, arrancándole la pierna y la mano derechas.
Hoy, Chris Moon, tiene prótesis que le ayudan a correr para recaudar fondos destinados a las víctimas de las minas y ha participado en maratones organizados en Londres, Nueva York, Mozambique y Phnom Penh.
Su hazaña más reciente ha sido el “Maratón de la arena” en el Gran Sahara, uno de los territorios más inhóspitos del planeta. Chris corrió durante seis días el equivalente de un maratón diario y terminó 283 de un total de 355 competidores, con un tiempo de 47 horas, 46 minutos y 30 segundos. Su presencia en esta carrera (es la primera persona amputada que participa) permitió recaudar 80.000 libras esterlinas que fueron donadas al CICR, por conducto de la Cruz Roja Británica, para el programa ortopédico que apoya en Vietnam.
Además de participar en campañas de recaudación de fondos, Chris Moon se esfuerza por mejorar la condición de las víctimas de las minas en todo el mundo. Personalmente, no se considera tal: “A diferencia de los habitantes de las zonas infestadas por minas, yo me encontraba allí por decisión propia. También he tenido la suerte de recibir una excelente atención médica y un gran apoyo moral. Quiero que la gente piense en otros que están tratando de superar la discapacidad física que han sufrido sin contar con esa asistencia y ese apoyo. Muchas personas amputadas esperan años o toda una vida para recibir un miembro artificial”.