El autoliderazgo es, en mi opinión, la competencia profesional que mejor sintetiza las habilidades y actitudes que son clave para desarrollar una carrera plena y de éxito tanto a nivel profesional como personal.

El autoliderazgo es ante todo una actitud que marca la diferencia en un profesional, significa poder de influencia sobre ti mismo, tu estado emocional y tus metas. Es una actitud de responsabilidad ante los retos profesionales. A través del autoliderazgo diriges tus esfuerzos a la consecución de los objetivos –actitud proactiva– con independencia del entorno y las circunstancias –actitud reactiva–. En relación con esto, el psicólogo Julian B. Rotter define como un rasgo central de la personalidad el ‘Locus de Control Interno vs el Locus de Control Externo’, conceptos que trasladados al entorno laboral se traducirían en tener la sensación de control sobre tu destino profesional frente a considerar que los factores externos condicionan tu desarrollo y oportunidades de éxito. En consecuencia, el autoliderazgo supone asumir la responsabilidad individual sobre nuestros actos que, como señala el best seller The one minute manager, implica iniciativa personal para superar los retos y las  adversidades.

 

Agustín Peralt speaker, conferencias, conferenciante, keynote speech

 

El autoliderazgo es también una habilidad que conduce a la efectividad personal, o sea, pasar del dicho al hecho. Se suele decir que somos lo que pensamos y sentimos, pero sobre todo somos lo que hacemos y logramos para lo cual se requiere productividad personal. Y para alcanzar los objetivos, es fundamental liderar nuestras acciones y nuestra capacidad de influencia sobre los demás de una manera eficiente y efectiva, especialmente cuando dirigimos un equipo de trabajo pero también cuando trabajamos en equipo.

A la hora de desarrollar y mejorar en el  autoliderazgo, necesitamos una metodología que nos ayude  y acompañe en ese crecimiento personal y profesional. Es en este punto donde se hacen imprescindibles sistemas y herramientas que además de mejorar la productividad personal, refuercen otros pilares clave del autoliderazgo de una manera integral, incidiendo positivamente en tu energía y estado emocional así como en la capacidad para influir en las acciones de los demás. Esto se consigue de una manera sencilla, simple y accionable, si bien exigiendo ciertas dosis de disciplina  individual lógicas en un proceso de cambio  y mejora.

Considero fundamental que las empresas inviertan en mejorar el autoliderazgo de las personas  de su organización,  logrando así una importante ventaja competitiva en este actual entorno complejo e incierto. Y por la parte individual, esta apuesta mejorará la felicidad laboral de las personas lo cual  redundará en su nivel de motivación y compromiso individual con la organización.

En definitiva, una apuesta con ventajas para las organizaciones y para los individuos que trabajan en ellas.