David Rowan explica de manera convincente cómo las tecnologías emergentes afectarán a los negocios y cómo los líderes deben prepararse el mundo actual.
A continuación compartimos un fragmento de la entrevista publicada en ‘El Tiempo’ en la que podemos conocer con más detalle la visión del speaker sobre cómo se gestiona la innovación en tiempos de cambio:
“No ver a la empresa, la universidad o a un área de gobierno como ecosistemas autónomos. Deben abrirse, colaborar con el mundo exterior. Te daré un ejemplo: el proyecto de computación Folding at Home le pidió a la gente que conectara sus computadores a su red para, cuando no las estuvieran usando, sumar sus procesadores a la resolución de problemas científicos. Así fue como por abril o mayo anunciaron que cientos de miles habían descargado su software y estaban donando colectivamente más poder que el de cualquier supercomputadora que se haya construido jamás, y usaron esta potencia informática para estudiar cómo las proteínas humanas interactúan con el virus. Es decir que puedes estar en tu casa y ser parte de un gran proyecto para ayudar al descubrimiento de tratamientos que salvan vidas. Esto me dio mucha fe en que si creas estructuras donde las personas pueden comportarse de manera cooperativa, pueden ser generosas al compartir su tiempo y hasta aportar su expertise, pueden suceder cosas mágicas. Por eso, no creo que la innovación sea un dominio de expertos.
Soy muy escéptico cuando escucho que una organización tiene un director o una unidad de innovación. Todo lo que está haciendo esa organización es aislar la innovación. Pero cuando involucras a la gente, suceden cosas extraordinarias. Pensemos en algunos de los programas de software que usamos hoy en día: ¡son de código abierto! No tienen dueño y se basan en la colaboración. Hablo de Linux, del sistema operativo Android, del servidor web Apache. Los individuos lo mejoran porque es de utilidad colectiva para todos. Ahora bien, tampoco se trata simplemente de pedirle a la multitud que resuelva un problema. Requiere un director de orquesta para que no haya agendas en pugna, falta de escala o duplicación de esfuerzos. Eso es lo que nos faltó durante la primavera (del hemisferio norte) cuando arreció la pandemia. Faltó coordinación y así fue como vimos 20 versiones de respiradores automáticos de desarrollo colectivo. (…)”