Speaker internacional, autor y emprendedor, James Taylor tiene como misión ayudar a las personas y organizaciones a maximizar, comercializar y monetizar su creatividad.
James Taylor no solo vive de la creatividad, también la tiene en sus genes, hijo del reconocido guitarrista de jazz Martin Taylor, se ha convertido en uno de los gurús internacionales de la creatividad y sus conferencias se han convertido en la cita obligada de gerentes de negocios, artistas y emprendedores: Singapur, Sillicon Valley y Abu Dhabi son solo parte de su recorrido habitual donde ha asesorado desde estrellas de rock hasta líderes de multinacionales y gobiernos.
Los negocios están cambiando a la velocidad de la luz. Las tecnologías exponenciales como la inteligencia artificial y la robótica están creando nuevos modelos de negocio disruptivos casi de la noche a la mañana. En esta era de interrupciones hay una de las ventajas competitivas que su equipo deben aprovechar … la creatividad.
Además del auge de la creatividad, como una herramienta diferencial y competitiva, existen otras razones de peso para estimularla en las organizaciones dadas la progresiva desaparición de los empleos que serán tomados por máquinas. Al respecto, Taylor recuerda un estudio de la Universidad de Oxford donde se asegura que el 50 por ciento de los empleos tradicionales desaparecerán como consecuencia de la automatización de procesos y robótica.
Gracias a su experiencia asesorando músicos, incluyendo ganadores de premios Grammy, escritores, celebridades del ‘show business’y líderes de negocios de Silicon Valley, James Taylor ha conseguido una gran reputación internacional para tratar estos temas.
En sus conferencias, James Taylor comparte algunas técnicas para estimular la creatividad tras 20 años de estudio en el tema. James Taylor no habla de una creatividad si no de cuatro: “Existe una creatividad individual, una creatividad entre compañeros (peers), una creatividad en equipo y una súper creatividad (augmented)”. Esta última descansa en el uso de la tecnología, -inteligencia artificial y ‘big data’, por ejemplo- como una herramienta para fortalecer los procesos creativos.