Tim Guenard es un ejemplo impresionante de superación personal. Supo dar la vuelta a su destino y remontarse al hombre resentido, violento y deshumanizado que podría haber llegado a ser.
Él mismo afirma: “El hombre es libre de alterar por completo su destino para lo mejor o para lo peor.”
Abandonado en una carretera por su madre cuando contaba sólo tres años de edad e inmovilizado en la cama de un hospital durante dos años como consecuencia de los golpes propinados por su padre, Tim Guenard fue un niño con el corazón y el rostro destrozados. Las desilusiones y la carencia de amor fueron creciendo a medida que fue pasando por diversas familias de acogida. Su corazón se endureció poco a poco intentando alejar tantos sufrimientos.Llegó a ser expulsado del correccional de menores, acabó en las calles de París ejerciendo de chulo, gigoló, empleado de ultramarinos y boxeador.
A pesar de la adversidad, Tim Guenard descubrió que también existe la solidaridad y la amistad, encontró personas clave que le marcaron un camino correcto que decidió seguir.¿Por qué algunas personas frente a situaciones adversas, traumatismos y amenazas graves contra su salud y desarrollo, logran salir adelante y llegan a desarrollarse armoniosa y positivamente, mientras que todo predice una evolución negativa? Esta pregunta es el punto de partida de los trabajos sobre la resiliencia.
La resiliencia se define como la capacidad de una persona o de un sistema social para desarrollarse de forma positiva y hacer algo en la vida a pesar de enormes dificultades. No es un concepto estático, varía según el tiempo y los contextos, la resiliencia se construye en la duración y contiene, de forma clara, una dimensión ética. No es un concepto reservado a los superdotados ni a los privilegiados.
Tim Guenard es un ejemplo de esta resiliencia, ahora vive en el sur de Francia ejerciendo de apicultor, casado y con 4 hijos se dedica a ayudar a los que le necesita.