Carles Puyol es una leyenda del fútbol. Es considerado el mejor capitán del F.C. Barcelona. Se retiró del fútbol profesional en 2014, con 36 años, tras ganar 21 títulos con su club y dos internacionales con la Selección de Fútbol de España: la Eurocopa en 2008 y la Copa Mundial en 2010.
El “Tiburón”, como es conocido en el mundo futbolístico, desarrolló toda su carrera en el Barça en la posición de defensa central, siendo, según la FIFA, uno de los mejores defensores del mundo.
Carles Puyol siempre ha sido reconocido por todos como un jugador modelo, un ejemplo de trabajo, sinceridad, honestidad, liderazgo, fuerza, determinación y carácter. La lista de adjetivos y virtudes es interminable. Así lo han descrito siempre sus compañeros, entrenadores, aficionados y rivales.
Estas palabras sin duda, son las que explican cómo un jóven humilde de la Pobla de Segur, una población de 2.500 habitantes en la montañas de Cataluña, llegó a ser uno de los grandes jugadores de la historia del fútbol.
En un mundo en el que los “realities” han distorsionado la realidad, la vida de Carles Puyol nos recuerda que el éxito no es algo que aparece de la noche a la mañana. Siempre es el resultado de años de esfuerzo y sacrificio y siempre es producto en una enorme pasión. El éxito sin trabajo sencillamente no es posible.
Se retiró del fútbol como los grandes, dejando su ejemplo y un legado imborrable. Su profundo respeto por la profesión, su pasión por el club azulgrana y su comportamiento con los equipos rivales le han posicionado como un referente futbolístico a nivel nacional e internacional.
En sus conferencias, rescata las lecciones del mundo del deporte para aplicarlas al mundo empresarial a través de emocionantes anécdotas y profundas reflexiones. “Lo difícil no es ganar. Es ganar después de ganar”. Una declaración que resume su filosofía de autoexigencia y de dar lo mejor de uno mismo, discurso motivacional que sabe transmitir a su audiencia con maestría y profesionalidad.
