Fernando Trías de Bes reflexiona sobre la vuelta al trabajo tras las vacaciones y cómo la pereza asociada a este retorno es, en realidad, un indicador de algo más profundo que la simple desgana. Al conectar el tema con los meses veraniegos, donde explora los sentimientos y conductas humanas, Trías de Bes aborda la pereza laboral desde una perspectiva filosófica y crítica.
La pereza ha sido históricamente vista como uno de los pecados capitales, simbolizando una resistencia a cumplir con los deberes espirituales y morales. Sin embargo, el autor plantea que, en el ámbito laboral, esta sensación no es meramente física, sino un reflejo de que algo no va bien en nuestro entorno profesional. Citando a pensadores como Bertrand Russell, David Graeber y Simone Weil, señala que la pereza puede surgir cuando el trabajo carece de valor o propósito. Russell, en particular, rechaza la idea de que trabajar incansablemente sea una virtud, sugiriendo que la pereza es una respuesta a la explotación. Graeber refuerza esta postura, afirmando que la desmotivación se da cuando se percibe que el trabajo es inútil. Weil, por su parte, añade que la pereza surge cuando el trabajo se vuelve mecánico y alienante.
En resumen, Trías de Bes sostiene que la pereza postvacacional no debe interpretarse como simple vagancia, sino como una señal de que la vuelta al trabajo carece de sentido. Si esta sensación persiste, recomienda buscar oportunidades que proporcionen un propósito más profundo y satisfactorio.
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